Calor

Estamos en alerta naranja y el calor es insoportable. No entiendo a la gente que le gusta este clima. Sevilla es una maravilla pero no con estas temperaturas. A pesar de que algunos bares pongan en sus terrazas agua vaporizada, el hielo se derrite tan rápidamente que el Whisky sabe a Coñac.

En verano soy un enamorado de Asturias o de Santander tierra del Almirante Bonifaz, que en pleno Agosto rompió las cadenas — seguramente calientes— que hicieron posible la conquista de Sevilla.

P.D. Hace dos años publiqué este post que seguramente hoy también sería actualidad.https://eduardobrionesgomez.com/2013/07/04/reirse-de-la-calo/

Piedra borrada

Buscando una fotografía encontré otra que es la que muestro. La hice el año pasado y por las cosas de la vida no la publiqué. Esta pareja estaba leyendo justo al lado de la entrada del aparcamiento de la Puerta de Jerez una inscripción que se encontraba en una piedra. Mi curiosidad la leyó también. Decía algo así como que debajo de esa piedra se encuentran unas ruinas árabes que fueron tapadas. Entonces me acordé de lo mal que se hacían las cosas en Sevilla no hace mucho tiempo. Ante la primera reacción de regocijo por parte de la Administración Publica por haber hallado una muralla musulmana, se pasó a no saber que hacer con ella, con el consiguiente gasto y molestia por parte de los ciudadanos, pues entre dimes y diretes pasaron unos cuantos años.

El otro día pasé por la Puerta de Jerez y me paré para fotografiar la inscripción de la piedra para publicar en mi blog un texto con la fotografía que tratara sobre como algunas veces los turistas descubren cosas de Sevilla que ni los mismo sevillanos sabemos o recordamos. Mi sorpresa fue ver que sobre la piedra ya no había manera de entender nada, pues lo que tan solo hacía una año era un texto legible, ahora era un borrón. (La fotografía la muestro al final del texto).

Me indignan las cosas mal hechas con dinero público. ¿Por qué sobre la base de la Giralda se puede contemplar perfectamente una inscripción que se realizó hace muchos siglos y en la Puerta de Jerez es imposible ver la rotulación de una piedra que se puso hace pocos años? ¿Las técnicas antiguas eran más modernas que las actuales? ¿Sería que a los responsables de tapar los restos árabes les dio vergüenza de lo que hicieron y pusieron la piedra para que en unos años se olvidara toda la incongruencia y el gasto público que derivó tal chapuza?

La única pena que me da de todo esto es la cara que se le queda a los turistas cuando ilusionados por lo que han leído en una guía de viajes, se encuentran con una piedra sin historia.

Piedra borrada. /Eduardo Briones

Acuario y Tiburón.

Ayer, por primera vez, estuve en el acuario de Sevilla; ¡Qué horror!¡Este tiburón se podría comer todo el acuario y no pasaría nada!.

Mi nivel de conocimiento se suscribe simplemente a dos acuarios más; el de Monterrey; California,y el de Mónaco. Aunque no soy amigo, ni de los acuarios ni de los zoológicos, mi nivel de crítica no se reduce a una simple reivindicación, sino al hacer las cosas medianamente bien.

Ayer, en el Acuario de Sevilla, no entendía como se pueden hacer las cosas tan poco atractivas. Si llego a pagar la entrada, me hubiera cabreado en vez de sentir pena.

Casa de los Pinelo

Nada más entrar en la Casa de los Pinelo te encuentras con un patio maravilloso donde el colorido verde de las plantas trepadoras contrasta con el cielo azul de Sevilla y sus pinceladas blancas de nubes, por lo menos eso es lo que se encontró mi cámara cuando soñó despierta el viernes pasado y así lo mostré en mi blog. Pienso que esta casa palacio es una gran desconocida y habría que darla a conocer.

Para todo aquel que no se quiera gastarse los siete euros que cuesta estar durante una hora gozando de este maravilloso palacio, les invito a que disfruten de la entrada, pues es gratuita y sobre todo gratificante a la vista y a los sentidos de todo aquel que aprecie las cosas bellas.

Del interior de la casa de los Pinelo sólo muestro dos fotografías; la primera una puerta abierta que enseña una pequeña escalera de caracol que no lleva a ninguna parte y la segunda, la iglesia pequeña y coqueta de esta casa tan increíble y desconocida a la vez. Quien quiera saber más acerca de este lugar; ¡qué la visite!

Soñar despierto

No hay nada mejor para soñar despierto que tirarse al suelo boca arriba, poner las dos manos sobre las nuca y mirar al cielo. Por lo menos mis grandes ensoñaciones han sido así, aunque algunas veces el cielo lo he sustituido por el techo de una habitación. Esta imagen, está dedicada a todos los soñadores que cuando se les cumple el sueño o no, se siguen tumbando a esperar al siguiente.

Un día mi cámara soñó ante un patio maravilloso. ¿Qué donde se encuentra?. Admito apuestas; pero sólo de soñadores.

Etiqueta y bicicleta

Una vez leí que a la fotografía no había que añadirle mucho texto, pues la misma imagen debería contener los suficientes datos para ser entendida. Al ver esta fotografía, me he acordado de lo que leí. Aunque claro, todo regla tiene su excepción, como la de este hombre que vestido de etiqueta no se baja de un suntuoso coche sino de una bicicleta.

Un huevo sonriendo

Si alguien me pregunta cual es mi plato favorito, sin dudarlo contesto; huevos fritos con patatas y  tomate. El otro día disfrutando de mi plato y ante las ganas de comer, cogí dos patatas y pinché el huevo y .. ¡Voila! El huevo me dedicó un sonrisa.

P.D. Con esta foto quiero agradecer a todos los que me han dedicado una sonrisa cuando más lo he necesitado. Os aseguro que me ha servido de mucho.

Celebración

Nunca se me olvidará uno de los momentos más felices y angustiosos de mi vida. Hoy, en el mismo hospital que he estado toda la mañana recibiendo una cura contra el dolor, hace 26 años recibí la información más desgarradora que un padre primerizo puedo escuchar. «Su hijo viene de pie, y si en quince minutos no nace, las consecuencias pueden ser terribles e irreparables para la criatura». Ni el dolor físico que he tenido que soportar hoy es comparable al dolor de corazón que esa noticia me causó. Durante los quince minutos que mi hijo y su madre intentaron el milagro, mi único pensamiento era jurar al Dios que en ese momento creía o creía creer, que si salía adelante el parto natural, haría todo lo posible por hacer de esa criatura una persona de provecho.

Sin tener la certeza absoluta de que cumplí mi promesa al cien por cien, si puedo escribir con orgullo, que tanto su madre como su padre han hecho todo lo posible para que esa persona que sin saber porqué, antes de nacer, cambió de posición (ahora lo comprendo; mi hijo Luis Eduardo es un artista y ya se sabe; los artistas son así) sea un hombre de provecho.

Algunas veces me han acusado diciendo que mi primogénito es mi ojito derecho, y eso es una de las cosas que más rabia me da y no porque no lo sea, sino porque tengo no solo un ojito derecho sino tres.

La foto que adjunto la hice hace unos años cuando me invitó a comer ostras con el primer sueldo que consiguió trabajando en la profesión que le fascina y que poco a poco se está adueñando de su personalidad. Si ampliáis la foto en donde yo aparezco podréis observar que tengo un defecto; se me cae la baba.

P.D. Hoy, la salud me ha jugado una mala pasada, pues tenía un trabajo importante que realizar. Hoy, me hubiera gustado escribir acerca de amigo Javi y no para decir que he descubierto a mi amigo, pues hace ya mucho tiempo que lo hice, pero no tengo palabras para agradecerle el gesto de amistad sincero que hoy me ha regalado por cubrir lo que era mi responsabilidad, dejando un asunto personal ilusionante para él. Hoy, he vuelto a descubrir la importancia de una caricia de amor. Hoy, también pretendía escribir de varias cosas, como por ejemplo del libro de poemas que mi amiga Chelín presentó ayer y también de la invitación que Gabi dio en su casa a la familia que “parió” la Orden de Malta. Pero hoy, y espero que lo entiendan, no tengo más remedio que dedicarle este post a uno de mis tres tesoros.

Ternura animal

Roberto Carlos; si, el de «un millón de amigos», cantaba una canción que decía ; «yo quisiera ser civilizado como los animales». Después de estar más de una semana fuera de juego, debido una estúpida enfermedad rara y absurda «como casi todas» que me deja exhausto y sin ánimos de contar nada ni a mi mismo, siento la necesidad de volver a la rutina de observar cosas bonitas para jugar y combinar la imagen con la palabra. Llevo más de una semana que me siento en deuda con mi mente, «es el tiempo que llevo sin poner nada en mi blog» por tener la paciencia de ocupar su imaginación en contar hora a hora el proceso de como el tratamiento impuesto por un especialista está reaccionando en mi cuerpo y sobre todo en mi cabeza.

No hay peor enfermedad que la ansiedad y nada más cruel que la incertidumbre, por eso, la distracción es un gran antídoto contra la sinrazón de porqué el cuerpo reacciona a las órdenes erróneas que la mente dicta. El parque de María Luisa es uno de los lugares que más me relajan pues muchas veces me aísla del mundo. Recuerdo en una ocasión en la que me llevé más de cinco horas mirando en los árboles las cosas que los enamorados escribían sobre sus troncos, « por cierto, tengo 12 relatos escritos, que mi imaginación me fue dictando durante un año, la idea era publicarlos el día de los enamorados pero la mala suerte, y otras cosas más, impidieron hacerlo; pero bueno; ¡quedan todavía muchos días de los enamorados!».

Esta mañana en la fuente de los patos he visto como una pata protegía a sus polluelos, -uno incluso no parece ni que fuera suyo- del calor, dándole sombra con su cuerpo a sus pequeñas criaturas. A parte de la ternura que me ha producido hacer esta foto, y más con la medicación que estoy tomando que supongo que acentúa mi sensibilidad, esta imagen me ha recordado la canción de Roberto Carlos, pues si todos fuéramos civilizados como los animales el mundo sería mejor, pues el amor hacia lo que queremos y deseamos sería el principio de todo y del todo.

P.D. Esta foto se la dedico a una madre que en estos momentos está dando sombra a su hijo en un hospital. Inés, un beso muy fuerte.