Desde el burladero del 7

Desde el burladero del 7

Lo más bonito de mi profesión es sentir que estás viviendo momentos históricos. Hoy , he ido a la Maestranza con esa sensación. Debutaba el sobrino nieto de Curro Romero.

Aunque se le ha visto buenos detalles al novillero, sobre todo al primer toro con el capote, no quedará en los anales de la historia la corrida del día de hoy. Eso sí , si el chaval triunfa , en la historia del toreo se mencionará que un día 27 de abril de 2014 debutó en la Maestranza de Sevilla el novillero José Ruiz, ante la atenta mirada de su tío abuelo Curro Romero.

Las fotos que he tirado desde el burladero del 7 podrán ser históricas o no, eso sólo el tiempo lo dirá.

Puente de Triana

Puente de Trina

Cuando era joven y quería adentrarme en el mundo de la fotografía documental, Anselmo Valdés, me dio mi primera oportunidad. Cuando lo fui a ver, me entregó dos rollos de diapositivas y me dijo: “Vete al Puente de Triana, fotografíalo y según el resultado: ya hablaremos”.

Nunca se me olvidará ese día, y ayer lo recordé, cuando sin saber por qué, volví a coger mi cámara y me fui al atardecer a fotografiar el puente que me dio la oportunidad de ser quien soy.

Puente de los bomberos

Puente de los bomberos

Ayer cuando iba tarde, como casi siempre, a ver el partido de fútbol a un bar del centro, me sorprendió ver el contraste tan espectacular que entre el cielo, las nueves, el sol, el puente y la Giralda estaba viendo al pasar por el puente de los bomberos. Como no llevaba la cámara de fotos, me quedé con la imagen en mi mente.

Hoy al atardecer, he ido con la cámara a comprobar como cada día el sol se pone por el mismo sitio pero ofreciéndonos un espectáculo visual distinto.

Domingo de Resurrección

Domingo de Resurrección

La primera vez que estuve en el callejón de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla fue un Domingo de Resurrección. Me sentía eufórico pues pisaba el albero de ese pequeño pasillo donde podían observarse las caras de expectación de unos y de preocupación de otros en contraste con unas gradas llenas a reventar de público, bien arreglado, en las que el buen aficionado sonreía de satisfacción y el no aficionado lo hacía para presumir por estar allí. Durante dos años no trabajé el Domingo de Resurrección, pero fui como aficionado, con la morriña del trabajo, disfruté como el espectador que se encontraba a mitad de camino entre el aficionado y el exhibicionista.

El Domingo pasado, no sentí ni vi lo que tantos años había esperado con ilusión. ¡Qué pena que la Plaza de Toros más bonita del mundo no se haya confabulado ese día tan especial con la conjunción de toreros y espectadores!. ¿De quién es la culpa?. Se podrá discutir durante horas y horas sobre el tema, pero lo que está claro es que el daño colateral que se le ha hecho a la aficción por los dimes y diretes de los responsables del evento (toreros y empresarios); no es ni lógico ni razonable.

Sábado Santo

Sábado Santo

El Santo Entierro ha sido el colofón de la Semana Santa del 2014. La primera procesión que me encontré fue la de «EL Sol», estando tomándome un «piripi» en la Bodeguita Romero. Es una cofradía, por llamarla de algún modo; rara.

Como por inercia, después de comer, me fui a la Campana, tenía una obsesión; ver a la Virgen de la Trinidad. Las Vírgenes románticas de Astorga, son para muchos las Dolorosas más bellas que procesionan en Semana Santa.Todas tienen unas características que hacen que se aúnen los sentimientos barrocos con la belleza del romanticismo: «Rostros llenos de dulzura, dolor muy intenso, ojos grandes y algo caídos, suave fruncido en el entrecejo, cejas de lineas suaves, narices rectas, bocas entreabiertas, hoyuelo en el mentón y manos estilizadas de finísimos y alargados dedos» (frases sacadas del libro «Sevilla Eterna» escrito por Francisco Robles). Para mi la Dolorosa más bonita de Sevilla es la Virgen de la Esperanza de la Trinidad, de Juan de Astorga.

Una vez que entró la Trinidad por la calle Sierpes, decidí seguir la comitiva del Santo Entierro por la carrera oficiosa, digo oficiosa porque la oficial si no tienes abono, mucha cara, labia o unos pases casi imposibles de conseguir, no se puede hacer. A la Canina la vi entrando en Campana para seguidamente fotografiarla en el Ayuntamiento, mi intención era hacer una fotografía delante del Banco de España, pero no lo logré; ¡otro año será!.

Por la calle Alemanes me encontré con el primer paso de misterio de la Trinidad y decidí quedarme para ver los tres pasos, y especialmente el de la Virgen de la Esperanza Trinidad. Seguidamente me fui a la Plaza Virgen de los Reyes para ver salir al Santo Entierro por la puerta de palos en cuyo dintel está labrada la adoración de los Reyes Magos y así poder unir fotográficamente una escena de la Navidad con la Pascua.

Algo incomprensible e imperdonable me ocurrió anoche. Cuando detrás de la urna del Santo Entierro, llegó el paso de Duelo; mi mente se bloqueo pensando que era el final de la Semana Santa por lo que no pude ver ni fotografiar a la Virgen de la Soledad de San Lorenzo. ¡Será que mi subconsciente no quiere que acabe la Semana más hermosa de Sevilla!.

Viernes Santo

Viernes Santo

¡Por fin es viernes, pero Viernes Santo!. Con la suerte que se consigue a base de esfuerzo, la tarde de hoy ha salido como la hermandad de la O; redonda. Cuando el cansancio acumulado comienza a pasar factura, la mente intenta engañarme diciendo que me quede y descanse. Con una fuerza de voluntad más de corazón que de piernas, y después de haber descansado dos horas, me he dirigido al puente de mis sueños para ver si estaba pasando alguna de las dos cofradías hermanas de la calle Castilla. Me ha encantado el conjunto de río, puente, luz y palio de la Virgen de la O. Con un andar ligero me he dirigido a la Campana, pues quería fotografiar a «El Cachorro», entrando en la Carrera Oficial después de algunos años sin hacerlo. Cuando iba por el Duque he visto como asomaban los ciriales, así que un buen acelerón de piernas me ha conducido tras el «palquillo» cuando en ese preciso instante paraba delante de mi, el Cristo del Cachorro.

El Nazareno de la O ha sido otro paso que me ha gustado mucho, sería por el tiempo que hace que no lo veo en la calle, eso sí, las túnicas, me gustan regular; ¡parecen de pueblo de Castilla!.

Camino al encuentro de la Carretería, me he encontrado en la Magdalena el paso de la Virgen de Monserrat, que acaba de salir de la Iglesia. Recomiendo entrar en la pagina Web de la hermandad para leer todos los pormenores de este portentoso y bello paso de palio.

Como llevaba la suerte por delante, cuando iba por Antonia Díaz, me he encontrado como por una bocacalle pasaba el único paso que en Sevilla representa la escena del Calvario al completo: La Carretería.

¿Cuanto tiempo hace que no vemos una Semana Santa completa? Está claro que estar en casa descansando significa estar perdiéndote algo que Dios sabe cuando volverá a suceder.

Madrugá

Madrugá

Para mi la «madrugá» no termina hasta que la Esperanza de Triana no hace su entrada triunfal a los sones de «La Salve Marinera»

Mi «madrugá» comenzó debajo del arco de la Macarena viendo como la centuria de jóvenes llegaba llorando de emoción a las rejas de la Basílica esperando con sus pensamientos llegar a ser como uno de esos «armaos» que los reciben.

Llevo muchos años viendo en Campana como El Silencio entra en la Carrera Oficial en silencio. Como el Gran Poder pasea con su andar tan peculiar. De la espiritualidad de estas dos hermandades a la alegría y emoción que les produce a muchos ver entrar a la Macarena. Como todo ese murmullo de alegría y emoción se vuelve recogimiento y silencio ante el paso del Calvario. La expectación al ver hasta los pasillos llenos cuando a lo lejos se escuchan las cornetas que anuncian que el caballo «El Calamar» está muy cerca de la Campana. Y como termina la noche y comienza el día viendo pasar a la hermandad de los Gitanos. A pesar de los muchos años que he visto las mismas hermandades por el mismo sitio, tengo que reconocer que nunca es igual, todos los años es distinto.

La noche más hermosa del año ha terminado cuando el Rey de Triana y la Reina, Madre y Capitana han entrado en la nave central de su templo. Pues para la gente de Triana ella es «nuestra Esperanza» y por eso «a tus plantas, Señora, se arrodilla Triana»

Jueves Santo

Jueves Santo

La primera jornada del Jueves Santo ha consistido en estar toda la mañana esperando a la Duquesa de Alba en la Iglesia de los Gitanos, que por desavenencias con la hermandad no ha ido; y tomarme la cerveza tradicional en la calle pureza con mi amigo Alberto. Por la tarde sólo he presenciado y gozado de mi hermandad: Pasión.
Como día tradicional de la mantilla, he encontrado una verdadera friki del tema. No se puede ir tan mal ni con esa falta de pudor, un Jueves Santo. ¡Los carnavales terminaron en febrero! A todos los que le he enseñado la foto de la “colega” disfrazada de mantilla, han puesto primero cara de asombro para soltar a continuación una estruendosa carcajada. Menos mal que después, tanto en Triana como en el centro, he podido comprobar el buen gusto y el respeto a la tradición por parte de muchas mujeres vestidas de mantilla.

Por la tarde camino de mi casa para descansar un poco (la noche va a ser larga), me he encontrado por la Plaza Nueva a la hermandad de La Cigarrera, por lo que me he subido a la terraza del hotel Inglaterra para hacer una fotografía panorámica de la procesión. Como tenía que dar un rodeo para recoger la moto que la tenía en Puerta Jerez, cuando he pasado por García de Vinuesa he visto como cruzaba el Cristo de los Negritos. La luz que le llegaba de la Avenida resaltaba la talla de una forma espectacular.
Como hermano de Pasión he ido como todos los años a ver su salida, esta vez he sido uno de los pocos privilegiados que ha podido ver, oír y fotografiar como se formaba la hermandad dentro del templo. Me quedo con unas palabras que ha dicho el hermano mayor; “Vamos a realizar una estación de penitencia, por lo que os pido recogimiento y respeto, y quiero recordar que la estación de penitencia no termina hasta que lleguemos a nuestras casas”. ¡ Qué diferencia entre una hermandad de barrio y una sacramental de toda la vida!.

Este año como va tan retrasada en fecha la Semana Santa, hemos tenido la oportunidad de ver de día al Cristo de Pasión pasando por delante de la estatua de su autor; Martínez Montañés.

Miércoles Santo

Miércoles Santo

No recuerdo salir tan temprano de mi casa para ver salir la primera cofradía del día. A las 11 de la mañana me dirigí a nervión. La Sed es una hermandad de barrio señorial al igual que su iglesia y el comienzo del recorrido. Me quedo con la conversación con José, que fue durante 16 años «aguaó» del Cristo de la Sed. ¡Casi «ná»! Ver desde dentro una salida procesional es un privilegio, pues continuamente estás observando detalles aunque algunos se te escapan, fotográficamente hablando y otros los capto al vuelo.

Con el gusto que me ha dado ver la salida de la Sed, me he ido al barrio más torero de Sevilla, San Bernardo. Lo curioso es que no he visto a ningún torero, a lo más que he llegado es saludar al hijo de un torero ya fallecido; Manolo Vázquez. La sensación de estar dentro de un templo abarrotado de nazarenos deseosos de salir a la calle es un privilegio que tengo gracias a mi profesión. La foto más entrañable se la he hecho a la cuadrilla de la escuadra de batidores de artillería, que me han posado en formación impecable.

Cuando he llegado a la Campana lo primero que he hecho ha sido tomar un cafe y una torrija; como no, en la confitería la campana. Al salir me ha llamado la atención como en las sillas donde estaba dando el sol, había una gran cantidad de paraguas de colores, lo primero que pensé fue: «Otra vez los chinos haciendo negocio, primero nos llenan de sillas plegables que son un obstáculo que produce caos y mal rollo, tanto para los que están sentados como para los que tenemos que ir de un sitio para otro: ¿por qué lo han vuelto a permitir si ya se había logrado eliminar esa insolidaria medida? ¡Menos mal que las sombrillas solo producen una bonita estampa!.

Desde pequeño me ha llamado la atención un paso y es el de La Lanzada, he tenido la suerte de verlo entrar en Campana y he recordado estampas que tengo en blanco y negro. La llegada del Baratillo me ha dado la oportunidad de fotografiar los ojos más bonitos que le he visto a un nazareno. Ya camino de mi casa, hoy me he recogido pronto, he encontrado una bonita imagen de las Siete Palabras pasando por la calle Alfonso XII.

Martes Santo

Martes Santo

La mayoría de las hermandades que el Martes Santo realizan su estación de penitencia se han llevado tres años esperando un día como el de ayer, donde la lluvia no rompiera ilusiones. Tengo un amigo que durante tres años lleva esperando para salir de costalero en la Candelaria. Hoy también llevaba rostro serio pero no como el del año pasado, esta vez la seriedad no se debía a la frustración sino a la responsabilidad de entrar en la carrera oficial llevando al Señor de la Salud.

La primera cofradía que he visto y no por premeditación sino más bien por deambulación ha sido la de los Estudiantes. Cuando pasaba por la Puerta Jerez me he encontrado que el paso de los lirios morados estaba saliendo por la puerta lateral de la universidad. He presenciado una «chicotá» muy larga, pues desde la puerta de la Universidad lo han llevado sin parar hasta bien entrado San Gregorio. Supongo que el esfuerzo se debió a que se querrían alejar lo antes posible de los feísimos cables que dan energía al tranvía. Cuando he visto tantos penitentes detrás del paso del Cristo he recordado una frase que mi madre me decía de pequeño con respecto a esta cofradía; «Todos los penitentes que llevan los estudiantes son los «cateaos», por eso lleva tantos». Como cuando se deambula, se llega siempre al lugar del comienzo, he terminado viendo al Cristo de la Buena Muerte entrando en la Fábrica de Tabacos.

Camino de la Candelaria he fotografiado una escena insólita; dos mujeres con velo viendo pasar la cofradía de los Estudiantes. Lo primero que he pensado ha sido; «¡viva la tolerancia!, lo segundo… me lo reservo. Con la premura del tiempo he cruzado por la Avenida comprobando asombrado como ya había algunas señoras sentadas en su silla una hora ante de que pasara la primera Cruz de Guía. A la altura del Sagrario, he escuchado música, por lo que tiré hacia la calle Alemanes donde me encontré a la Virgen del Cerro y paré un instante para fotografiarla delante de la puerta de la Catedral que más me gusta: La puerta del Perdón.

Después de haber disfrutado viendo salir tantos niños de la Iglesia de San Nicolás de Neri, me he ido a mi lugar de estancia más habitual de la Semana Santa: La Campana, pero antes me he detenido en las Setas de la Encarnación. Era tal la cantidad de gente que había, que pensé que haría una buena fotografía cuando pasara el primer paso de San Benito, las casualidades de la vida o la visión periodística del asunto han hecho que me encontrara a Marisa, una plumilla de aquí que vive en Madrid y que está disfrutando realizando un reportaje fotográfico de la Semana Santa.

Un compañero en la Campana me ha dicho; ¿No estás viendo más gente hoy? y es verdad. El Martes Santo se ha tirado Sevilla a la calle a ver lo que desde hace tres años no se veía; una estación de penitencia completa.