El Guadalquivir

Un río como el Guadalquivir sería el sueño de muchas ciudades. Sus aguas reflejan con perfecta armonía lo nuevo y lo viejo. Su puente más hermoso, el de Triana, es la simbiosis de lo práctico y lo bello. Sus corrientes tranquilas son un bálsamo para los sentidos. El Guadalquivir es un río que enamora.

¿Aprovecha Sevilla esta gran avenida fluvial de la ciudad?

Siempre Curro Romero.

Soy de la generación que nos enseñaron los principios de la libertad a base de ilusión y respeto. Cuando veo actos vandálicos como los que hoy se pueden contemplar en Sevilla con respecto al monumento a Curro Romero, me pregunto. ¿Los que han cometido este acto, cómo actuarían si alguien les pintara en su casa los improperios que se nos ocurren a muchos al ver esto?

A los de mi generación, nos enseñaron que la libertad terminaba cuando empezaba la del otro, por eso me pregunto cuando veo actos vandálicos difíciles de explicar. ¿Por qué no respetan mi libertad?.

A los de mi generación, nos enseñaron a respetar las opiniones de todo el mundo que se atenga a las normas básicas de convivencia, por eso me pregunto. ¿Qué opinión razonada justifica este acto vandálico?.

Los analfabetos de la concordia, el respeto y la libertad han conseguido que algunos turistas que han paseado por los alrededores de la Real Maestranza, hayan contemplado y fotografiado el monumento a Curro Romero, con un toque de color rojo y una frase inapropiada que no se corresponden ni con la realidad ni con el significado de la misma.

Con nocturnidad, premeditación y alevosía, los analfabetos de la concordia, el respeto y la libertad no han conseguido que la belleza del entorno arruine el semblante de una gran figura del toreo como fue, es y será; Curro Romero.

TCuento

Esta mañana he recibido un correo de mi hijo, que decía: « Esta idea para unas camisetas no esta mal» y me adjunta unas fotografías que hice hace unos años que muestro en la portada. Lo primero que pensé fue; « ¡y ahora me lo dices!», pues cuando empecé a cuajar la idea de hacer unas camisetas para mostrárselo a Sol Pikman en su tienda I Love Chuches, mi hijo, que es diseñador, me dijo que no lo veía, o por lo menos eso es lo que entendí y por lo tanto, la idea y las fotos se quedaron en el baúl de los recuerdos.

En estos momentos que dos personas inquietas y creativas como son Carlos Telmo y Ana Zapico, se han unido conmigo para lanzar entre otras cosas una linea de camisetas, me ha dado muy buenas sensaciones el mail que esta mañana he recibido de mi hijo, porque desde el primer momento que le dije que me gustaría hacer camisetas con fotos mías, él me apoyó, ofreciéndome su colaboración desinteresada.

Julio Cesar cuando cruzo el Rubicón pronunció la famosa frase:«Alea iacta est» y esa es la frase que con ilusión y también con expectación vamos a gritar muy pronto el equipo de TCuento.

Desde mi silla de playa

Desde mi silla de playa veo, observo, fotografío y luego escribo. Eso sí, ni todo lo que veo lo fotografío ni todo lo que observo lo escribo. Ayer me adelanté a la pareja que esperaba la puesta de sol para realizar el reportaje fotográfico ( por cierto, siguió el ritual que describí ayer y además se le unió otra pareja), para hacerle fotos a los dos bellezones que estaban esperándome a pie de playa; Sol y Berta.

A diferencia del hombre, que lleva a la espalda el barroquismo bético, mis fotos no son tan cuidadas y medidas como las de este señor, más bien son fotos robadas que intentan reflejar lo cotidiano, pues la belleza es natural como la vida misma.

La calma

Después de la tormenta siempre llega la calma y ayer fue un día de calma. Los que me conocen y me siguen saben que lo qué más me calma es pasear por la playa al atardecer. Después del fin de semana desesperante por culpa de un concierto colocado en un lugar inapropiado conseguí cumplir con uno de los propósitos de las vacaciones; relajarme.

Durante esta semana de vacaciones sólo pretendo encontrar el equilibrio de espíritu que me de la tranquilidad necesaria para afrontar los nuevos retos que comenzarán muy pronto. Ayer al atardecer, paseando por la playa, comencé a sentir y a fotografiar el propósito de esta semana de vacaciones.

Soñar con Triana

La otra orilla del río es la opuesta a Triana, o sea; Sevilla. Yo, soy de la generación de trianeros que cuando cruzábamos el puente decíamos que íbamos a Sevilla.

En una noche calurosa de verano, no hay nada más placentero que sentarse con unos amigos al lado del río Guadalquivir, para soñar, entre otras cosas, con Triana.

El río y Triana /Eduardo Briones

Soñar despierto

No hay nada mejor para soñar despierto que tirarse al suelo boca arriba, poner las dos manos sobre las nuca y mirar al cielo. Por lo menos mis grandes ensoñaciones han sido así, aunque algunas veces el cielo lo he sustituido por el techo de una habitación. Esta imagen, está dedicada a todos los soñadores que cuando se les cumple el sueño o no, se siguen tumbando a esperar al siguiente.

Un día mi cámara soñó ante un patio maravilloso. ¿Qué donde se encuentra?. Admito apuestas; pero sólo de soñadores.

Un huevo sonriendo

Si alguien me pregunta cual es mi plato favorito, sin dudarlo contesto; huevos fritos con patatas y  tomate. El otro día disfrutando de mi plato y ante las ganas de comer, cogí dos patatas y pinché el huevo y .. ¡Voila! El huevo me dedicó un sonrisa.

P.D. Con esta foto quiero agradecer a todos los que me han dedicado una sonrisa cuando más lo he necesitado. Os aseguro que me ha servido de mucho.

Celebración

Nunca se me olvidará uno de los momentos más felices y angustiosos de mi vida. Hoy, en el mismo hospital que he estado toda la mañana recibiendo una cura contra el dolor, hace 26 años recibí la información más desgarradora que un padre primerizo puedo escuchar. «Su hijo viene de pie, y si en quince minutos no nace, las consecuencias pueden ser terribles e irreparables para la criatura». Ni el dolor físico que he tenido que soportar hoy es comparable al dolor de corazón que esa noticia me causó. Durante los quince minutos que mi hijo y su madre intentaron el milagro, mi único pensamiento era jurar al Dios que en ese momento creía o creía creer, que si salía adelante el parto natural, haría todo lo posible por hacer de esa criatura una persona de provecho.

Sin tener la certeza absoluta de que cumplí mi promesa al cien por cien, si puedo escribir con orgullo, que tanto su madre como su padre han hecho todo lo posible para que esa persona que sin saber porqué, antes de nacer, cambió de posición (ahora lo comprendo; mi hijo Luis Eduardo es un artista y ya se sabe; los artistas son así) sea un hombre de provecho.

Algunas veces me han acusado diciendo que mi primogénito es mi ojito derecho, y eso es una de las cosas que más rabia me da y no porque no lo sea, sino porque tengo no solo un ojito derecho sino tres.

La foto que adjunto la hice hace unos años cuando me invitó a comer ostras con el primer sueldo que consiguió trabajando en la profesión que le fascina y que poco a poco se está adueñando de su personalidad. Si ampliáis la foto en donde yo aparezco podréis observar que tengo un defecto; se me cae la baba.

P.D. Hoy, la salud me ha jugado una mala pasada, pues tenía un trabajo importante que realizar. Hoy, me hubiera gustado escribir acerca de amigo Javi y no para decir que he descubierto a mi amigo, pues hace ya mucho tiempo que lo hice, pero no tengo palabras para agradecerle el gesto de amistad sincero que hoy me ha regalado por cubrir lo que era mi responsabilidad, dejando un asunto personal ilusionante para él. Hoy, he vuelto a descubrir la importancia de una caricia de amor. Hoy, también pretendía escribir de varias cosas, como por ejemplo del libro de poemas que mi amiga Chelín presentó ayer y también de la invitación que Gabi dio en su casa a la familia que “parió” la Orden de Malta. Pero hoy, y espero que lo entiendan, no tengo más remedio que dedicarle este post a uno de mis tres tesoros.