Esta mañana, Carlos Herrera, ha invitado a través de su programa matinal de radio a que sus oyentes visitaran la Iglesia Parroquial de San Nicolás de Bari, pues allí estaría en besamanos la Virgen de la Candelaria por motivo de su festividad.
Cómo seguidor del programa, aunque no “ fósforo “, he aceptado la invitación. El periodista estaba dentro del templo, cumpliendo lo que ha dicho durante el programa de radio, aunque consciente que el protagonista no era él, sino la Virgen. Discretamente, me he sentado en unos de los bancos de la iglesia a observar e intentar captar con una cámara pequeña, la intimidad del sentir religioso. En una hora que he estado dentro del templo he comprobado las reacciones de los feligreses ante la advocación de su Virgen.
Una madre intentaba transmitir su entusiasmo a una criatura de pocos años, lo curioso es que el pequeño no ha llorado cuando le han colocado su cara a poca distancia del rostro doloroso de la Virgen de la Candelaria. Me ha resultado curioso la mirada profunda y casi reflexiva que el niño le ha dirigido por un instante a la figura que seguramente de mayor adorará.
Con una delicadeza y una sonrisa de sentirse una privilegiada, una joven limpiaba con un pañuelo blanco la mano derecha de la Virgen después de que intermitentemente la besaran los fieles. Aunque parezca mentira, no he visto a nadie haciéndose un selfie, aunque eso si, los móviles no han parado de gastar megas inmortalizando momentos de suma recogida. La última llamada de atención ha sido al salir del templo, un perro amarrado esperaba pacientemente a su fiel dueño.
Os dejo mi visión del tiempo que he estado en la Iglesia Parroquial de San Nicolás de Bari intentando captar sentimientos. No esperen ver una foto de Carlos Herrera, pues hoy era el día de la Virgen de la Luz.