¿Dónde irá?

¿Dónde irá?

En la plaza nueva de Sevilla, me han ocurrido varias cosas curiosas, la primera ha sido ver pasear tranquilamente a este soldado romano con su espada, escudo y casco por delante de la puerta del Ayuntamiento. Todavía riéndome del Twitter que ayer puso @ACasado cuando estaba viendo el partido del Español-Betis: “Un suplente del español esta peinado como si fuera un romano del misterio de Las Cigarreras” . y al ver como se perdía camino de la calle Tetuan, me he preguntado: «¿Dónde irá?».
 
A los cinco minutos, un hombre  acalorado  bajándose de una bicicleta, se dirige a mi para preguntarme si se habían ido los manifestantes. Ante mi asombro me dice el individuo que él había convocado una manifestación para hoy en el Ayuntamiento y que había llegado tarde. Con cara de estupefacción se ha ido diciendo: «¡Vaya mierda de convocatoria que he hecho!». Cuando se ha ido me he preguntado: «¿Dónde irá?».
 
Sabiendo que ya tenía algo para escribir me he sentado en un banco de la Plaza Nueva a coger algunas notas. A los minutos de estar allí, una mujer de unos treinta años de edad y de muy buen ver, se ha sentado a mi lado, ha abierto una lata de fruta y cuando ha terminado de comérsela ha sacado un pañuelo y ha comenzado a llorar, primero tímidamente y después a moco tendido. ¡Imaginaros la situación tan embarazosa!. Me dirijo a ella y le pregunto si le puedo ayudar, ella me mira y lanzando unos suspiros asfixiantes, sigue llorando. Me levanto para comprarle agua y se la llevo, ella con una mirada triste y tímida a la vez  y haciendo un gran esfuerzo porque le saliera un pequeño hilo de voz, me dice:  «gracias» . Como no dejaba de llorar y no sabía que hacer le dije para romper el hielo: « ¡Niña, que se va a creer la gente que te estoy dando un disgusto!», entonces, gracias a Dios, ella sonrió y  comenzó  a contarme una multitud de incoherencias que le preocupaban y que sin duda le estaban haciendo sufrir. Al cabo de media hora entre risas nos hemos despedido, para vernos en la carrera nocturna del Guadalquivir en la que ambos pretendemos participar. Cuando se ha marchado me he preguntado: «¿Dónde irá?»
 
Hoy, primer día laborable del mes de septiembre donde tenía puestas muchas esperanzas en comenzar de nuevo a ser productivo y en parte lo he conseguido, un hombre vestido de romano, un  nefasto convocador de manifestaciones y una mujer dolorosa, me han llevado a escribir el post de hoy.

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