Casa «Maera»: ¡Aquí hay tomate!

Cuando te enseñan un tomate de un kilo setecientos gramos lo primero que te pasa por la cabeza es la expresión ;« ¡Aquí hay tomate!». Ayer «hubo tomate» en «Casa Maera». Mi amigo-hermano Guillermo, que «tiene mucho tomate», celebraba su cumpleaños y por ese motivo nos invitó a comer en «Casa Marea», que se encuentra a pocos metros del lugar donde nací y me crié: El barrio León. Nada más entrar y sentarnos, Maria José, la hija de los dueños, con una sonrisa amable y sincera nos puso un plato de tomate «alijao». A mí, que por desgracia no me gustan, no los probé, pero los demás comensales alabaron su exquisitez. A continuación llegó Antonio, el dueño, y con la naturalidad que da el oficio y el carácter de un barrio de Triana, nos enseñó el tomate que muestro en la foto y claro, el documento gráfico eligió entre los que estábamos allí a la persona que tiene «más tomate», o sea, Guillermo.

Ramona, la dueña y cocinera, es como la perfecta ama de casa, amante de la cocina que tiene el don de los elegidos para saber combinar los productos de la tierra y del mar y sacarle los sabores que ni siquiera la imaginación nos habría indicado que existieran.

Las pavías de salmonetes, saltaban del paladar al estómago dándote un gusto sensorial inimaginable. Las tortillas de camarones, con su perfecto punto de fritura, se deshacían en la boca llenándote de mar, ocupando, un lugar privilegiado, los protagonistas que dan nombre al plato. Los garbanzos con langostinos no los puedo describir pues me pueden llamar exagerado, hay que tomarlos para quedarte sin palabras cuando quieres describir lo que acabas de probar. El atún con tomate fue el último plato y donde nuestros estómagos decidieron felicitarnos por haber elegido tan grato lugar para comer. De postre un delicioso bizcocho de chocolate y plátano que no es que estuviera bueno, sino lo siguiente.

Si la primera impresión es la que vale, este es la excepción que confirma la regla, pues si vas a «Casa Maera» no encontrarás un restaurante donde la decoración te abrume, verás el comedor de una casa de barrio, donde Antonio, Ramona y Maria José, te harán sentirte como en casa.

Si todo lo que cuento lo acompañas con la presencia de un ser extraordinario, que huye del protagonismo y de las alabanzas y que disfruta como un niño agasajando a sus amigos el día de su cumpleaños, cualquiera que lea este post se podrá imaginar el día tan bueno que pasé ayer, a pesar de que no me gusta el tomate crudo ni celebrar los cumpleaños donde yo no soy el protagonista.

4 Comments

  1. Gracias a ti amigo hermano y a mis queridas berta y rosa porque acompanar a celebrar un cumpleanos en pleno agosto en triana a la hora de comer aunque lis garbanzos esten muy buenos…eso si que tiene tomate

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    1. La edad y las gafas¡. Cuando no se llevan, se cometen pequeños errores ortográficos aunque los sentimientos están de la vista; perfecto!

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