Cuando era joven y quería adentrarme en el mundo de la fotografía documental, Anselmo Valdés, me dio mi primera oportunidad. Cuando lo fui a ver, me entregó dos rollos de diapositivas y me dijo: “Vete al Puente de Triana, fotografíalo y según el resultado: ya hablaremos”.
Nunca se me olvidará ese día, y ayer lo recordé, cuando sin saber por qué, volví a coger mi cámara y me fui al atardecer a fotografiar el puente que me dio la oportunidad de ser quien soy.