Puente de Triana

Puente de Trina

Cuando era joven y quería adentrarme en el mundo de la fotografía documental, Anselmo Valdés, me dio mi primera oportunidad. Cuando lo fui a ver, me entregó dos rollos de diapositivas y me dijo: “Vete al Puente de Triana, fotografíalo y según el resultado: ya hablaremos”.

Nunca se me olvidará ese día, y ayer lo recordé, cuando sin saber por qué, volví a coger mi cámara y me fui al atardecer a fotografiar el puente que me dio la oportunidad de ser quien soy.

Puente de los bomberos

Puente de los bomberos

Ayer cuando iba tarde, como casi siempre, a ver el partido de fútbol a un bar del centro, me sorprendió ver el contraste tan espectacular que entre el cielo, las nueves, el sol, el puente y la Giralda estaba viendo al pasar por el puente de los bomberos. Como no llevaba la cámara de fotos, me quedé con la imagen en mi mente.

Hoy al atardecer, he ido con la cámara a comprobar como cada día el sol se pone por el mismo sitio pero ofreciéndonos un espectáculo visual distinto.

Los pájaros y la vida contemplativa

Los pájaros y la vida contemplativa

Hoy son de esos días que como decía Serrat en una canción: «no hago otra cosa que pensar en ti y no se me ocurre nada». Después de haber ido a la playa a darme un solo baño, comer en el «Quinto Pino» y volver a Sevilla para dormir una siesta, he estado pensando en que fotografiar y escribir hoy sábado cuando la estadística dice que me leen pocas personas y no se me ocurre nada.

Llegando a Sevilla, me he encontrado junto al puente del Quinto Centenario una gran cantidad de pájaros posados en los cables eléctricos, me gusta la fotografía cuando se juntan los planos de los cables y los tirantes del puente, pero no se como relacionarlo con ninguna historia, o sea, como la vida misma.

Puente de Triana

Puente de Triana

¡Qué suerte tenemos en Sevilla de tener el Puente de Triana y no como en París que destruyeron a su hermano mayor el puente Carrusel!. Ayer por la noche pasé por el puente de Isabel II y al mirar por la orilla derecha, camino de Triana, me fijé como grupos de amigos y parejas sueltas estaban saboreando la noche en el césped y bancos que allí se encuentran.

Cuando terminé de comer una delicia gourmet de Triana; o sea, un punta de solomillo en las Golondrinas, decidí ir hasta los jardines de Chapina para hacer fotos. Eran las 11:30 de la noche, sólo quedaba un pequeño grupo de jóvenes poco escandaloso, una pareja tumbada en el césped debajo de un árbol, otra pareja comiéndose a besos en un banco y dos mendigos haciendo tiempo para dormir. De todo lo que vi, lo que más me llamó la atención de la noche fue la fotografía que muestro.

Puente de Triana

Puente de Triana

El Puente de Triana, al atardecer, es un lugar único. En tan solo un corto espacio de tiempo, puedes recrearte contemplando cualquiera de las dos orillas. En una te encuentras con la grandiosa puesta de sol acompañada de vistas del Siglo XX y XXI y en la otra, con luces cálidas que hacen de los monumentos antiguos, verdaderas obras de arte. ¡No se puede visionar más en menos tiempo!