La Macarena en la Plaza de España

La  Macarena en la Plaza de España

El lunes pasado mi amigo y admirado Alberto García Reyes escribía en su columna de ABC, que decir que se es macareno no era algo extraordinario pues toda Sevilla es de la Macarena. Yo, trianero convencido, le daría algunos matices a esta afirmación, aunque tengo que reconocer que es difícil.

Como hecho histórico y como estampa singular no he podido dejar de ir a la Plaza de España para cubrir la misa extraordinaria que se le oficiaba a la Esperanza Macarena. Las sensaciones que he experimentado las dejo reflejadas en fotografías, dedicadas a esa persona que me ha llamado estando en la ceremonia diciéndome; «fotografía todo para enseñármelo». Justo en ese momento estaba haciendo una fotografía de un plano corto a la cara de la Virgen y me ha parecido que el ojo derecho tenía un derrame; o por lo menos eso es lo que me ha seguido pareciendo después de editar la fotografía: ¿Será de tanto llorar? Cuando ya me iba, desde uno de los puentes, he realizado la última fotografía sancando un lateral de la imagen, cuando Berta la ha visto me ha dicho; «¡parece que está viva!».

Domingo de Ramos

Domingo de Ramos

¡Extraordinario Domingo de Ramos! Había tantas ganas de Semana Santa que Sevilla se ha tirado a la calle. Como buen sevillano que soy y como profesional del periodismo también, me he echado a la calle para vivir y contar mis vivencias y sensaciones de este día tan señalado y esperado.

Comencé y terminé viendo la Paz. Desde hace mucho tiempo, al ser la primera hermandad que realiza su estación de penitencia y ante la amabilidad de sus hermanos por hacer que trabajemos lo más cómodos posible, he asistido a la salida de sus dos titulares muchas veces. Aunque no he visto nada nuevo, si he sentido cosas diferentes, quizás menos emoción en la salida. Esta vez he reconocido al gran saeteo Manuel Linares, aunque tengo que decir que por mucho que lo ha intentado, nada que ver con aquel rezo cantado de la madrugada pasada. Lo verdaderamente sublime ha sido ver a la Virgen de la Paz, dando un rodeo de noche por dentro de la Plaza de España. ¡Me he sentido viviendo un momento único!

Por motivos estrictamente profesionales, el mayor tiempo de esta jornada lo he pasado en la Campana y al salir de allí he podido comprobar al ver la llegaba de La Amargura, otra carrera oficial que se encuentra en la plaza del Duque, donde las sillas son oficiosas y el caos está dispuesto de una forma ordenada.

Sólo he tenido media hora para ver a Jesus de la Penas saliendo de Triana y cruzando el puente de mis sueños. De nuevo en Campana, el tiempo se ha parado en un solo de trompeta eterno y magistralmente acompasado por una cuadrilla de Triana.

Como a una persona que aprecio le gusta que ponga; aquí os dejo lo que he visto, va por ella esta galería fotográfica de un domingo de ramos extraordinario.

Un bético japonés en la Plaza de España

En la Plaza de España, te puedes encontrar con multitud de turistas. Algunos, nos sorprenden por sus peculiaridades, como por ejemplo este oriental que con la camiseta del Real Betis Balompié, estaba de turismo en uno de los lugares más emblemáticos de Sevilla. Lo curioso ha sido que cuando el turista bético se ha acercado a fotografiar un coche de caballos, el cochero, le ha dicho a sus clientes: « Si miráis a vuestra derecha podréis contemplar a un japonés «der beti»» entonces con los brazos en alto, el japonés , con un acento oriental, ha gritado: «¡Viva el Betis!».

El otro día pregunté ¿qué clase de turismo pretendemos?. Sin lugar dudas, cambio a los mochileros que se bañan si pudor ni educación en la fuente, (cosa que en su país no harían) por este simpático oriental que utiliza la camiseta con el escudo de las trece barras para gritar espontáneamente y sonriendo lo grande que es el equipo de mis sentimientos.

Reflejos de la Plaza de España.

Reflejos de la Plaza de España.

Estoy seguro que si la Plaza de España de Sevilla, estuviera en otra ciudad que supiera vender apropiadamente sus monumentos, sería nombrada como una de las maravillas del mundo. Nadie pudo conjugar mejor la luz, el agua, los azulejos y el ladrillo como su autor; Aníbal González. Dar un paseo por la tarde es enriquecedor, pues los colores cambian continuamente y los reflejos de los edificios en la ría nos llenan de sensaciones refrescantes.