Cómo este otoño no he podido ir a Nueva York y pasear por Central Park contemplando el cambio de color de las hojas de los árboles, me he conformado con el Parque de Maria Luisa que por cierto, tengo la suerte inmensa que me coge al lado de mi casa.

Cómo este otoño no he podido ir a Nueva York y pasear por Central Park contemplando el cambio de color de las hojas de los árboles, me he conformado con el Parque de Maria Luisa que por cierto, tengo la suerte inmensa que me coge al lado de mi casa.
Aunque oficialmente el otoño llegó astronómicamente el 23 de septiembre, las sensaciones de la estación como la melancólica y nostálgica, las sentí ayer al ver esta fotografía.