El Piquillo

El Piquillo

Últimamente que me muevo por los pueblos cercanos a Sevilla estoy viendo cosas interesantes que me llaman la atención y me apetece compartir. La crisis ha podido con el esplendor de algunas fincas como, por ejemplo, esta que muestro en la foto, muy cerca de Castiblanco de los Arroyos: «El Piquillo».

No se ni quien es el dueño, ni cual era su principal actividad, lo único que he podido comprobar es como en medio del campo, al lado de una carretera, hay una puerta de entrada donde la cal hace tiempo que no pasa y cuya rejas y ventana están oxidadas por falta de atención. La cerámica de la virgen y el nombre de la finca no concuerdan, pues que yo sepa no hay ninguna virgen que se llame del Piquillo.

Está claro que a los vándalos y a los propietarios se les ha olvidado este lugar, pues las cerámicas que adornan la puerta están sucias pero intactas, por eso sólo basta cerrar los ojos y abrir la imaginación par comprobar como era este lugar hace tan solo unos años.

Marketing de pueblo

Marketing de pueblo

El marketing de los pueblos es diferente al igual que España en la época de Franco. Castiblanco de los Arroyos está tan cerca de Sevilla, que no se deja avasallar por fórmulas impuestas y utiliza la imaginación popular para aumentar sus ventas.

El color blanco de la cal contrasta armoniosamente con el de las cartulinas, y eso precisamente es lo que me llamó la atención e hizo que parara el coche y sacara mi cámara y así poder hacer un comentario en mi blog. Cuando leí en la cartulina de la izquierda: «Aki en la puerta de la esquina», me dije; «¡ole!, me ha convencido, voy a comprarme 4 «andaluza»».