Cena de fin de año

brindando

“¿Y si fuesen 10 justos los que hallaréis en Sodoma?. En este caso no destruiré la ciudad por amor a esos diez justos”. Esta es la última parte de la conversación que mantuvo el patriarca Abraham con el Señor, ante la sentencia casi irrevocable de eliminar dos ciudades corruptas y depravadas.

Hace ya bastante tiempo hice un reportaje que consistía en transmitir la labor que hacía un grupo de estudiantes de la universidad dando bebidas calientes y conversación a los indigentes que por las noches dormían en la calle. Cuando le pregunté, al finalizar la tarea, a una de las responsables qué a cuantos desahuciados había reinsertado en la sociedad, me contesto que a muy pocos, quizás, uno o dos.

¿Merece la pena buscar al justo? Sin duda, ayer por la tarde lo pude comprobar. Estas fotografías son un homenaje a todos los voluntarios que pusieron su granito de arena para que algunos justos tuvieran una excelente comida de fin de año.

Fin de la jornada. Feliz año.

GATO NEGRO

Gato Negro

Sólo quedan horas para que algunos españoles vivan las Navidades con una inyección de desahogo económico. Estadísticamente será muy difícil que yo sea uno de ellos, ya que mi participación esté año se suscribe a la que me ha proporcionado mi nuevo amigo Pablo proveniente de la hermandad de la Quinta Angustia.

Ayer que fue un día grande para mi, pues nos reunimos un grupo de amigos para celebrar lo que haya que celebrar, me propuse comprar un décimo para compartirlo con ellos. Entre esperar en una cola y  la posibilidad de una rápida cerveza en El Salvador, opte por la segunda opción. Como una cosa lleva a otra mis sinceros deseos de regalar un décimo se ha quedado en la intención reflejada en esta fotografía. Si mañana toca un décimo comprado en la administración de El Gato Negro, espero que el dueño del bar de El Salvador me agradezca al menos mi decisión, como en el anuncio, ya que estoy seguro de que mis amigos no me harán ninguna fiesta.

Trabajador digno

Un hombre digno. /Eduardo Briones

Hay tres o cuatro frases que escuché en el colegio a diferentes profesores que nunca se me olvidarán. Cuando tenía unos siete años un viejo profesor que siempre iba pulcramente vestido de negro y cuya sabiduría era proporcional a sus canas nos dijo: “Sed libres al elegir vuestra profesión, qué nadie os impida ser lo que pretendéis ser, pero sed siempre los mejores. Si elegís ser zapateros intentad ser el mejor zapatero; si elegís ser sacerdotes; intentad ser el mejor sacerdote; si elegís ser mecánicos; sed el mejor mecánico; si elegís.. lo que sea; sed los mejores”.

Ayer cuando vi a este inmigrante que tiene asignado el semáforo del puesto de los monos, recordé a mi viejo profesor, pues a pesar del trabajo tan humilde que realiza intenta ser el mejor.

Vivir

Vivir

En una ocasión un alto cargo judicial le preguntó a un reo inocente, ¿qué es la verdad?. El honesto cautivo le respondió con el silencio, demostrando entre otras cosas, que si no quieres saber la respuesta es mejor no preguntar.
Algunas personas piensan que el poder es igual a la divinidad, por eso se abstraen de la realidad y montan un mundo paralelo, que es tan real para sus ojos como irreal para el resto de sus subordinados. Hacerles ver su equivocación sería igual que convencer a un niño de que las chucherías producen colesterol. Luchar contra sus malas praxis sería un suicidio, pues están tan arraigadas, que sin ellas, les sería imposible sobrevivir.
Son abominables, aunque a veces necesarios, son repugnantes, aunque a veces irremplazables, son malos, aunque a veces hacen cosas buenas, son lo que a cualquier persona normal no le gustaría ser. Ni una milésima de segundo de mi vida me cambiaría por vivir como ellos, ni una milésima de segundo compartiría parte de mi vida con ellos, aunque por desgracia, millones de milésimas de segundo tenga que compartir mi existencia con ellos.
La desgracia va con ellos, a pesar de que lo disimulen, su sambenito lo llevan bien visible, a la vista de todos, para que todos en sus más íntimos silencios les recuerden que eso no es vivir.
Vivir es lo que hacen las personas normales, las que disfrutan de los pequeños placeres de la vida, las que al abrazarse a un ser querido no piensan en nada más, solo en seguir en esa misma posición. Vivir es sentir que te importa la gente. Vivir es sentir que le interesas a otros. Vivir es tener amigos. Vivir es tener buenos enemigos. Vivir es mucho más que ostentar algún poder terrenal.
Que no nos quiten ni un minuto de nuestro tiempo gentes que no saben vivir.

Un día en el campo

Un día en el campo. /Eduardo Briones

El silencio del campo es uno de los silencios más agradables que existen. Decía una canción del “Ultimo de la Fila”; “si lo que vas a decir no es más bello que el silencio, no lo vayas a decir” Ayer estuve en el campo acompasando los sonidos de la naturaleza con la grata compañía de voces humanas cuyo sonido era igual de bello que el silencio. El olor a campo, el caminar reposado ante explicaciones de obras hechas con gusto y armonía, el buen yantar y la contemplación de una maravillosa puesta de sol hizo que el el día de ayer fuera completo y merecedor de perdurar en el tiempo por medio de la escritura y la fotografía.

Virgen de los Reyes

DSC04551Si le preguntamos a Google qué fiesta se celebra el 15 de agosto, te dice: “La Asunción de la Virgen María al Cielo”. Si preguntamos cuál es la Virgen de Sevilla, te dice: “La Macarena”. Si esas preguntas se las hiciéramos a un sevillano activo en sus tradiciones dirá que el 15 de agosto es el día de la Virgen de Sevilla que no es otra que la Virgen de Los Reyes.

Desde hace unas semanas la Virgen gótica con aires franceses y sonrisa cautivadora, se encuentra en su tabernáculo de plata, esperando dentro de la Catedral su salida en procesión.

Pandilla

pandilla

¿Quién con una edad no se ve reflejado en esta imagen? La única pereza de la niñez es el no hacer nada. Ni el frío ni el fin del día hacen que no broten en la imaginación cosas divertidas que hacer.

Una pandilla en la playa cuando eres un niño es lo que perdura para siempre en nuestra mente de lo vivido y casi olvidado.

Esta fotografía me ha recordado con una sonrisa muchas cosas, tanto cuando era un niño como cuando era un padre con niños.

Buscador de tesoros

buscador de tesoros

No soy una persona de odiar a nadie pero si de tenerles coraje a algunos. ¡No soporto a estos hombres que con un «aparatejo», se ponen a buscar por la arena de la playa los objetos de valor que han perdidos otros.

Después de tantas prohibiciones, de tantos impuestos, de tantas normas para el buen funcionamiento cívico de las cosas, ¿por qué esta búsqueda de objetos perdidos no es un servicio público?. En una ocasión una amiga perdió en la arena de la playa un pendiente de oro que le había regalado su madre cuando cumplió dieciocho años, no se me olvidará la cara de desesperación y decepción cuando rebuscando, no encontró lo que tanta ilusión le hacía lucir.

Estoy seguro que un hombre con una «maquinita» como esta, se alegró mucho cuando encontró el pendiente de oro y posiblemente se congratularía con sus amigos fardando de su hallazgo, sobre todo a la hora de venderlo. ¿Es justo esto?

Lunes de comedor

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Para mi el año comienza y termina antes y después de la vacaciones de verano. Hoy, que es lunes y estoy alejado de lo cotidiano en el maravilloso mundo del relax vacacional, quiero contar y mostrar cual ha sido la experiencia más gratificante que he tenido este año.

En septiembre después de jurar no pasar más calamidades laborales, decidí no trabajar los lunes y así poder ir como voluntario al comedor de la Orden de Malta. Para mí la Orden de Malta estaba relacionada con Roma y especialmente con el ojo de la cerradura por donde se contempla la maravillosa cúpula de San Pedro. ¿Por qué decidí ser voluntario en este comedor? Podría contestar con muchas frases hechas y alguna que otra banalidad pero en realidad no tengo ni la menor idea, lo que si puedo afirmar con rotundidad es que mi decisión de contribuir a este voluntariado ha sido lo más sensato que he hecho este año.

Recuerdo perfectamente como fue el primer día que iba a mi nuevo proyecto. Llegué nervioso como un colegial, alegre como un adolescente ante su primera cita y tenso como cuando vas a la primera entrevista de trabajo. Ese día cuando terminé de trabajar me sentí como Gene Kelly en «cantando bajo la lluvia».

Gracias a mi voluntad voluntariosa he aprendido muchas cosas. Por ejemplo a cortar carne y verduras con un cuchillo tan grande como el corazón de Manel. Gracias a la oportunidad que me dieron las hermanas Parias, he descubierto como se limpia el alma. Gracias a las dos Mónicas a Beatriz, Ana, Rosa, María, Gabriela, Encarnación, Laly, Pablo y Jose María, puedo certificar que la sonrisa es más poderosa que el esfuerzo.

Las fotos que pongo, tiradas con el móvil, son un homenaje a «los lunes del comedor», que es como se llama nuestro grupo de Whatsapp y que gracias a ellos he encontrado a un grupo de amigos que con la firme voluntad de ayudar a los más necesitados, me ayudan a crecer emocionalmente.