Una vez le pregunté a un médico si correr un maratón era bueno y su respuesta fue: “El primer griego que corrió un maratón murió”, por eso, a lo que aspiro cada año cuando se acerca la fecha del maratón de Sevilla es a ver y fotografiar a los corredores que para satisfacer la mente machacan su cuerpo. Lo contrario que hago cuando llega la ‘Carrera Nocturna del Guadalquivir’ , en la cual, participo, pues para mi es una tradición y una fiesta, eso sí, cada año que pasa se afianza la crueldad de la edad.
Esta mañana, después de muchos años no he ido a ver el maratón por las calles de Sevilla, pero el ruido de las bocinas y de la gente ha hecho que salga al balcón de mi casa y cámara en mano, fotografiara a lo lejos a los corredores. La primera foto ha sido una sorpresa, me gustaba el encuadre pero nunca pensé que había un corredor evacuando el líquido que le sobraba a su cuerpo, y más censurando sus partes íntimas y su rostro con una reja. En la segunda fotografía, demuestro como el placer de muchos es el disgusto de pocos, pues para llegar a la estación de Santa Justa sólo se podía ir en el coche de San Fernando, o sea, un ratio a pie y otro andando, sino, que se lo pregunten a mi amigo Francisco. La tercera fotografía la pongo porque me gusta.