Si Murillo hubiera nacido en esta época, seguro que hubiera utilizado un bolígrafo para pintar. Eso es lo que pensé cuando vi el cuadro que Javier Jiménez Sánchez-Dalp había pintado para la exposición colectiva, ‘Reflejos de Murillo’ que se muestra en el Ayuntamiento de Sevilla.

Soy un gran admirador de la obra de Javier desde que su hermano Manolo me regaló un cuadro suyo. Era un retrato de mi mujer y mio pintado con un bolígrafo BIC. Tal fue el impacto que me produjo esa novedosa técnica, que además de colocar la pintura en un lugar preferente de mi casa, le encargué dos retratos más, uno de mis hijos para regalárselo a mi madre y otro de los hijos de un amigo que demostró y demuestra que es amigo cuando hay que serlo de verdad.

Cuando comentaba a los pocos que me escuchan la valía profesional de Javier Jiménez Sánchez-Dalp, tenía que dar algunas explicaciones, cosas que dejé de hacer cuando sus retratos a bolígrafo aparecieron en el programa de televisión, ‘En tu casa o en la mía’, de Bertín Osborne.

Si vas a la exposición ‘Reflejos de Murillo’ seguramente verás por allí a Javier, enseñando con admiración las obras de los demás pintores, pero sólo hay que decirle que nos explique como ha realizado su retrato para que te muestre con un orgullo nada soberbio, el bolígrafo BIC  de cuatro colores, con el que realizó su cuadro.¡Parece que incluso Murillo se admira al contemplar su obra!. Con la sonrisa limpia y amable que lleva a gala, con la humildad natural que lo caracteriza, con el correcto acento sevillano del que tanto presume y con la aureola de artista que sólo ven quienes aprecian el arte, se encuentra estos días Javier Jiménez Sánchez-Dalp, en el Ayuntamiento de Sevilla para homenajear a uno de los pintores del que los sevillanos nos sentimos orgullosos de ser paisanos suyo.