Las prisas son malas consejeras, pero algunas veces son necesarias. Algunas fotografías si no se trasmiten rápidamente no tienen ningún sentido. Las consecuencias de tal acción conlleva que algunas fotografías significativas se pierdan para siempre. Si no llega a ser por el blog que tengo, las fotografías que muestro, no estarían en estos momentos ni siquiera en mi memoria.
