Un río como el Guadalquivir sería el sueño de muchas ciudades. Sus aguas reflejan con perfecta armonía lo nuevo y lo viejo. Su puente más hermoso, el de Triana, es la simbiosis de lo práctico y lo bello. Sus corrientes tranquilas son un bálsamo para los sentidos. El Guadalquivir es un río que enamora.
¿Aprovecha Sevilla esta gran avenida fluvial de la ciudad?