Para sentirse bien en un restaurante se tienen que unir unas cuantas circunstancias, ocupando el primer lugar, la comida. Si la carta es excepcional, pero el lugar es feo, o el servicio es deficiente, los precios son excesivos para la calidad del producto o la compañía no es agradable, el resultado de una comida o una cena hará que el recuerdo sea negativo y por lo tanto en el cerebro nunca recordarás lo positivo del lugar.
Captar en una fotografía las sensaciones que se tienen al estar cenando agradablemente con un ser querido, son difíciles de plasmar. El lunes creo que lo logré con la fotografía que muestro. Al lado de las «Setas de la Encarnación» han abierto un restaurante japonés que además de comer muy bien, (las gyozas y el arroz son de categoría) el ambiente, la vista y el servicio son extraordinarios.