Me encantan los primeros días de lluvia pues todas las sensaciones tantas veces vistas parecen que son nuevas. Mirar la lluvia a través de un cristal es relajante, ver las gotas de lluvia cayendo lentamente sobre las hojas de los árboles, es placentero y observar cómo las naranjas amargas de Sevilla van madurando por el agua de la ciudad, es cautivador.
La famosa frase mal traducida de la película «My Fair Lady» «la lluvia en Sevilla es una maravilla» es cierta cuando los primeros chaparrones de otoño caen sobre la ciudad.