Hace mucho tiempo, tuve que ir al Quema para cubrir una información, no era la primera vez que iba allí, pero si fue la primera vez que vi pasar por el vado a la hermandad de Sevilla. Las circunstancias personales en las que me encontraba no eran las más idóneas para trabajar, pues a mi cuñada en ese mismo momento le estaban operando de un tumor con muy mala pinta que tenía en la cabeza. Cuando la carreta del Simpecado estaba en medio del río y los romeros comenzaron a cantar la Salve, recibo la llamada de Berta comunicándome que la operación había sido un éxito. A mi lado estaba mi compañero y amigo Serranito III por lo que me abracé a él llorando como un niño. Para sorpresa mía, (yo no le había dicho nada de lo que le estaba ocurriendo a mi familiar,) él hizo lo mismo. Yo sabía que a Serrano III se le había muerto su madre pero no tenía ni la menor idea que esa hermandad y ese momento le recordara tanto a su progenitora.
Desde ese día nos hicimos una promesa sin decírnoslo. Ir todos los años al Quema para abrazarnos como solo saben abrazarse los amigos cuando los romeros de Sevilla terminan de cantar la Salve.
Hoy vienes 22 de mayo, sin tener que cubrir ninguna información, he estado con mi camisa verde que es la que llevé hace mucho tiempo y solo me la pongo ese día, en el Quema, para ver como Triana pasaba a las 8 de la mañana, sin que ningún sentimiento extraordinario me removiera el alma y esperar, en muy buena compañía y mejor ambiente, a contemplar como a las tres de la tarde la hermandad de Sevilla llenaba el río de sentimientos devoción y recuerdos que ponen los pelos de punta.
P.D. Un amigo me ha contado hoy que cuando dio un pregón lo primero que dijo fue; « yo no soy rociero, pues no nací en el Rocio… soy peregrino». Yo ni soy rociero, ni peregrino, incluso mis convicciones religiosas están confusas, pero los sentimientos que he experimentado hoy no lo cambio por nada.
Tu eres una gran persona y si Dios quiere el año que viene seras peregrino.
Un abrazo de tu amigo el Peregrino, algun dia te contare el porque soy peregrino.