Después de pasar el día de los enamorados en diferentes lugares y sin pensar que el de hoy iba a ser uno de los más desagradables de mi vida, me encuentro desorientado y confundido.
Pocas veces pensamos que la vida de mucha gente es circunstancialmente opuesta a la nuestra. Estando de visita en la UVI de un hospital esperando el desenlace fatal de un familiar observo muchos detalles que se escapan a la razón. Entre las expresiones desencajadas de los familiares a las caras de esperanza de otros me he parado en un joven de unos 30 años que con un ramo de flores en la mano y una mirada perdida esperaba pacientemente a que llegara su turno de visita.
Lo primero que he pensando ha sido que cómo era el día de los enamorados ese ramo de flores iba dirigido a su novia, a su mujer o a su amada. Al acercarme he comprobado que había un papel que sobresalía de la flores con una nota que decía: «Te quiero mami». En un principio he pensado; me ha desmontado la historia que mi imaginación me estaba dictando para seguidamente reflexionar en la frase que ponía la nota. El amor de madre es el más profundo y sincero que se puede tener, no necesita que ningún angelito le apunte al corazón con una flecha pues la misma naturaleza se lo ha puesto.
Hoy, que estoy desgarrándome de dolor por el sufrimiento de una madre ante la impotencia de ver como la naturaleza le está jugando una mala pasada. Hoy, que estoy viendo que la sangre es más espesa que el agua. Hoy, que mi mujer me ha demostrado la profundidad del dolor. Hoy, que estoy viendo pasar mentalmente la vida de mi cuñada, quiero hacer un alegato a los familiares que se quedan en este mundo sufriendo lentamente la perdida de sus seres queridos agarrándose a la esperanza de unas flores.
P.D. Antes de ingresar Mónica en el hospital le pedí que me corrigiera unos relatos de amor que había estado escribiendo, ella con su disposición sincera me dijo que encantada. Cuando la ingresaron, para no salir más, le dijo a su hermana que cuando saliera lo primero que haría seria corregirme los relatos. ¡Qué fatalidad, hoy, día de los enamorados que era la fecha en la que quería publicar esos relatos se ha ido una de las persona que más confianza tenía en mis escritos!. ¡Me he quedado huérfano¡
Eduardo que bonitas palabras. Entiendo que es una hermana de Berta,
lo siento horrores dale un fuerte abrazo de mi parte. Ana
Un beso Eduardo.
Que bonito Eduardo. Y que bien descrito. Una pena tremenda que padecemos, todos la que tuvimos el placer de conocerla.
Un abrazo fuerte para ti y para Berta