Anoche, la luna fue testigo de cómo media Sevilla iba al encuentro de una celebración y la otra se encontraba embutida en la tristeza de las contradicciones. Por mucha guasa sevillana que exista y muchas excusas que le podamos poner a la victoria del Sevilla F.C, la realidad es que mi amigos sevillistas, cuando sean abuelos, contarán a sus nietos, para regocijo de ellos, la hazaña conseguida en Turín.
Anoche intentando alejarme de toda celebración, me encontré con el Cid y la luna. La luna es el ojo de la noche que ilumina lo prohibido y el Cid, el símbolo del Campeador, que hasta muerto ganó una batalla. ¿Por qué anoche el Cid, con un tono verdoso, estaba intentando con su lanza apagar la luz de la luna?. ¿Será que la luna me confunde?.
P.D. Algunos puede que interpreten esto como una felicitación, si es así, me alegro por ello.