El año pasado me pidieron que hiciera un reportaje sobre lo que significaba ir a los toros en Sevilla, antes de que comenzara la temporada taurina. He recordado con nostalgia lo que escribí pues este año las sensaciones son diferentes. Esto fue lo que publiqué:
Ir a los toros en Sevilla es un ritual, que comienza por la mañana nada más abrir los ojos. Siempre la misma exclamación: ¡A ver que vamos a ver hoy! . Con las mejores galas, se sale casi siempre a la misma hora, para llegar a la misma hora al punto de encuentro no señalado, que puede ser un bar, una esquina o la puerta del Príncipe. Aquí se menciona uno de los lugares mágicos de Sevilla: La Puerta del Príncipe pues su trascendencia y envergadura va más allá de un lugar físico. Evocar dicha puerta conlleva nombrar; triunfos, decepciones, encuentros, turistas, ladrones, periodistas, famosos, paparazzi, gente que se quiere dejar ver y otras que no se puede ni ver, a pesar de los múltiples abrazos que se pueden dar en ese lugar.
El asiento de cada abonado es su trono, donde desde una posición única, observa orgulloso todo aquello que nada más ven sus ojos. Aunque incómodos, como todos los tronos, nadie quiere que se lo arrebaten ya sea en sol o en sombra.
El patio de cuadrillas es un lugar íntimo pero a la vez ajetreado . Dependiendo del torero que lo pise, así será el público. Los menos conocidos buscarán las fotos y los mediáticos huirán de ellas. Aunque todo es un ritual que está perfectamente desorganizado para que la seis y media, con una puntualidad exagerada, salgan los toreros por la puerta principal de la plaza.
El callejón es el lugar donde casi todos quieren estar, es el espacio más vistoso de la plaza, aunque no es el sitio donde mejor se ve una corrida, pues si fuera así, el presidente y los maestrantes lo ocuparían. Allí conviven, empresarios, políticos, periodistas, fotógrafos, (siempre en el burladero 7), médicos, enfermeros, policías, apoderados, banderilleros, mozos de espadas, barrenderos, carpinteros, ayudante de lo que sea, amigos de quién sabe quien, enchufados y por supuesto los toreros.
Explicar con palabras lo que significa ver una corrida de toros en Sevilla, es imposible, por eso os dejo con estas imágenes donde se resume, todo lo que he intentado contar. Solo una foto tiene un pie descriptivo, en la que se ve, como el toro es arrastrado y como unos niños con cara de asombro escuchan al padre. El titulo: ¿Cómo le puede explicar un padre a un niño por qué muere un toro?.