Ayer a las tres de la tarde, cuando la lluvia y el viento arreciaban con contundencia, una imagen convertida en sensaciones me hizo parar la moto, sacar la cámara de fotos y ponerme a disfrutar de un paisaje conocido pero insólito para mi memoria. Entre la Puerta de Jerez y los jardines del Cristina, y justo en la acera que linda con la parte noroeste del Hotel Alfonso XIII de Sevilla, cayó una gran nevada de hojas.
Compartir es vivir, por eso quiero compartir con todo aquel que me sigue; ese momento. Esto es lo que vi y sentí ayer a las tres de la tarde cuando algunos de mis más entrañables amigos estaban disfrutando de las tradicionales comidas de Navidad.