Una de las características del mes de septiembre es el clima, poco a poco se va preparando la venida del otoño y como consecuencia de ello nos trae un calor llamado comúnmente como el del membrillo. Este es un calor pegajoso que hace que algunos se queden dormidos en cualquier lugar.
A las dos de la tarde, este señor que muestro en la foto, ha sido abduccido por el calor del membrillo, pues si no, sería imposible que estando en un banco de cemento además semicircular, delante de las Setas de la Encarnación y de la puerta que da al mercado, se quede dormido.