¡Qué calor!

¡Qué calor!

Salir hoy de compras por Sevilla, es tarea de titanes, pues el calor o la calor; quema. Esta mañana me he encontrado con una señora que ha decidido utilizar los objetos que vende esta tienda de decoración para descansar. Esta escena me ha recordado a la madre de una amiga mía que estoy seguro que al ver la “regaera” vacía de agua y utilizada como recipiente para colocar unas hojas secas, hubiera sacado también el utensilio más práctico y fácil de trasportar en estos días como es el abanico y habría dicho para sí: «¡Quien me manda salir a mi hoy, con lo “malameeeeeeente” que estoy de dinero, y la calor que hace!»

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