Desde el jardín, después de haber desayunado gratamente, haber hecho deporte y justamente antes de irme a la playa a darme un solo baño, me resguardo unos minutos del sol pero no de la luz para mostrar imágenes que hice ayer y que por si solas darían para un post, pero como me siento generoso y complacido os las muestro en forma de galería añadiendo un comentario a cada una de ellas. La vida es evolución y el blog no podría ser de otra forma, por lo menos hoy.
La mejor hora para pasear es al atardecer, lo hago todos los días por la playa. Es lo más reconfortante y reconstituyente que existe.
Por motivos incompresibles, pensé que la puesta de sol no iba a ser espectacular, por lo que me fui de la playa. Cuando salí al jardín y vi los colores del cielo, rápidamente me fui a la playa, pero ya era demasiado tarde.
Este grupo de niñas y niño estaban con sus padres al lado mío. Me llamó la atención varias cosas. En primer lugar ver a unos padres jóvenes con cinco hijos y con el agravante de que la madre volvía a estar embarazada. En segundo lugar el dominio de las mujeres en esta escena, cuatro niñas, la mayor haciéndose cargo de la jefatura del grupo y el niño pequeño siendo un convidado de piedra.
«Juventud divino tesoro», así reza un proverbio, que le falta apuntalar; «estando enamorados»
Cuando hice esta foto dije: «!No es el Caribe, es Costa Ballena¡». Sin duda es un excelente sitio para contemplar la puesta de sol.
Este barco lo veo muchas veces anclado en el Guadalquivir, pero nunca lo había visto en el mar.
Fue la primera imagen que vi ayer cuando me disponía a bajar a la playa. Cuando estaba haciendo esta foto una señora por detrás me dijo; «! Qué bonita¡». Pues si la señora lo dice, aquí queda la fotografía a la vista de todos.
El cielo es para los pájaros y el suelo el lugar para contemplarlos.
Las gaviotas en el campo de golf parece que observan a esta golfista pensando: «¡Ke jase!»
La casetilla de vigilancia está cerrada a pesar de que el mar está bravío. No es una crítica, más bien un símbolo que indica que ya no es hora de bañarse, sino de pasear.