Esta mañana en ABC, de Sevilla, he leído un artículo de Antonio Burgos titulado: «Ya somos Copenhague». Por lo visto, Sevilla, está muy bien situada en la clasificación de ciudades amigas de la bicicleta. La primera es Copenhague, y de ello doy fe, y nuestra ciudad es la cuarta.
Una exclamación del artículo me ha llamado la atención… «¡Quién fuera carril bici!». Esta claro que tenemos un carril bici excelente y bien construido, otra cosa es el coste, el trazado y la manipulación política. Estoy de acuerdo que hay barrios que más quisieran que se les tratara con el presupuesto que para este año el Ayuntamiento ha destinado para el mantenimiento de los carriles bici.
Ocurre que cuando bajas a la arena de la realidad, te encuentras que aquí, en Sevilla, somos diferentes. En Copenhague, el carril bici en su mayoría del trazado, consiste en unas líneas pintadas a un lado de la carretera. Aquí por ser mejor que nadie, hicieron una carretera verde en todos los barrios, utilizada por pocos ciclistas. Pienso que con una simple raya en la acera hubiera sido suficiente para que los que más lo utilizan, personas con falta de movilidad y muchos perros paseen tranquilamente por allí, ya que en algunas zonas el carril nos ha dejado sin espacio para pasear.