Ayer, estuve durante más de dos horas buscando escenas de calor. Casi no lo cuento en mi intento de encontrar el termómetro con la temperatura más alta. A las ocho de la tarde, después de haberme bebido dos litros de agua, me fui al paseo de la O, allí debajo de un árbol, sentando en un pequeño pantalán, me encontré a unos jóvenes tomando el sol y bañándose en el río con el puente de Triana al fondo. El frescor que produce el agua y la vegetación es inigualable, ya los árabes nos lo dejaron como legado, por eso, después de pasar tanta calor y ante el frescor proporcionado por la naturaleza, hice algunas fotos. Está en particular, está hecha con un teleobjetivo, en ella muestro los arcos tan característicos del Puente de Triana con la Torre del Oro detrás. O sea, los siglos XIII y XIX fundidos por el frescor en una sola imagen.
Q bueno tu blog!!
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Esta imagen te deja mudo! Impresionante!