No es una calle comercial dedicada a la venta de pizarras, es más bien una calle orientada a dar de comer al turista. No se si en Sevilla hay otro lugar donde exista tanta concentración de bares como en Mateos Gago. Lo que está claro es que casi todos los que se sientan en sus veladores están cómodos y se encuentran como en casa, pues hasta se descalzan para comer.