¡Qué suerte tenemos en Sevilla de tener el Puente de Triana y no como en París que destruyeron a su hermano mayor el puente Carrusel!. Ayer por la noche pasé por el puente de Isabel II y al mirar por la orilla derecha, camino de Triana, me fijé como grupos de amigos y parejas sueltas estaban saboreando la noche en el césped y bancos que allí se encuentran.
Cuando terminé de comer una delicia gourmet de Triana; o sea, un punta de solomillo en las Golondrinas, decidí ir hasta los jardines de Chapina para hacer fotos. Eran las 11:30 de la noche, sólo quedaba un pequeño grupo de jóvenes poco escandaloso, una pareja tumbada en el césped debajo de un árbol, otra pareja comiéndose a besos en un banco y dos mendigos haciendo tiempo para dormir. De todo lo que vi, lo que más me llamó la atención de la noche fue la fotografía que muestro.