Si alguien me pregunta cual es el lugar de Sevilla donde he estado más tiempo aparte de en mi casa, sin ningún tipo de duda diría que en la puerta del Palacio de Dueñas, sí, de Dueñas, no de las Dueñas
No es un lugar desagradable para hacer guardia, pues tanto el paisaje como el personal es agradable. Los turistas son un elemento de distracción, algunos llegan pensando que pueden entrar pagando una entrada y otros se sorprenden de poder ver solo un bonito jardín de entrada con una cuidada hilera de naranjos. Claro, están los que pretenden saludar a la Duquesa y los que preguntan las cosas más inverosímiles sobre ella. Los grupos organizados son otra fuente de distracción, algunos guías turísticos son de una imaginación fuera de toda realidad. En una ocasión, una joven guía, invitó a sus disciplinados y atentos turistas a fijarse en el azulejo que muestro en la foto y les dice; «Aquí en este palacio nació el gran poeta Antonio Machado, casi todos los poemas los escribió sentado a los pies de los limoneros que vemos detrás de la reja». ¡Si dejó de vivir en Sevilla a los ocho años!. Por educación, respeto y cansancio me callé pero me reí una barbaridad cuando por la noche llegué al bar con mi amigo Guillermo y se lo conté.