Cada vez que veo El Giraldillo suspendido en lo alto de la Giralda me acuerdo de la Fe, pero no de la que mueve montañas, sino la que ayuda a dar confianza en lo que se desea.
La veleta de bronce representa el triunfo de la fe victoriosa. No voy a entrar en detalles teológicos sobre la fe, ni tampoco alabaré la gran estatua renacentista, ni siquiera preguntaré por qué le llamamos «El Giraldillo» a una figura de mujer. Lo que más me atrae de esta talla cristianizada a raíz de una versión pagana, (Palas y Minerva) es su simbología.
Para mi, la fe está relacionada con el optimismo y la esperanza. Hoy, hace justamente una semana, mi optimismo y mi esperanza se erigieron victoriosos.
Impresionante la foto y preciosa la reflexión!
[…] impactante sino por sorprendente. En su artículo de ABC, Aurora Flores, nos cuenta como el “Giradillo“, colocado hace tan solo ocho años en lo alto de la “Giganta” después de su […]