«A quien madruga Dios le ayuda». Siempre he pensado que este dicho lo inventó alguien con un espíritu positivo al que no le gustaba levantarse temprano. Soy de los que piensan que el despertar debe ser igual que el dormir; o sea, debería producirse de forma natural y no por un ruido inventando por el hombre.
Hoy he tenido que madrugar. Me he levantado a las siete y media de la madrugada para hacer un trabajo remunerado emocionalmente. En la plaza del Triunfo, me ha llamado la atención la posición del sol. Creo que es la primera vez que paso por esa plaza a esas horas, por lo menos con un grado de conciencia normal. Por eso, para que quede constancia de tal acontecimiento, he decidido dejar para la posteridad esta muestra gráfica.
El mayor placer es poder madrugar contigo!
[…] mental, pero cada foto tiene un sentido que a veces se plasma y otras no. Tengo que confesar que la plaza del Triunfo es uno de mis lugares favoritos, por eso también muestro otra fotografía que hice hace justamente […]