El Puente de Triana, al atardecer, es un lugar único. En tan solo un corto espacio de tiempo, puedes recrearte contemplando cualquiera de las dos orillas. En una te encuentras con la grandiosa puesta de sol acompañada de vistas del Siglo XX y XXI y en la otra, con luces cálidas que hacen de los monumentos antiguos, verdaderas obras de arte. ¡No se puede visionar más en menos tiempo!