La feria de Sevilla es una evolución continua. Nada tiene que ver un año con otro. Recuerdo cuando era joven, las largas colas en las cabinas de teléfono. Recuerdo cuando ya era menos joven la gente hablando continuamente con los teléfonos móviles. Dentro de unos años recordaré a los feriantes mirando y mandando mensajes continuamente. De todos mis recuerdos que tuve y tendré nunca faltará la copa de manzanilla, ya sea en catavinos de cristal o en vaso de plástico.
buena foto.. si señor! el otro día iba camino a la feria en la moto y casi todo el mundo que iba en coche estaba liado con el móvil… estamos enganchaitos! otra cosa más a la que engancharnos!