He leído un twitter que ponía: « “El Ayuntamiento de Madrid multará con 750 euros a los que rebusquen comida en la basura». Si tuviesen 750 euros no lo harían, pedazos de gilipollas».
Aparte de la gracia que me ha hecho leerlo, me ha recordado a la foto que le hice hace una semana a un individuo rebuscando basuras en los contenedores de la calle Republica Argentina de Sevilla. No me llamó la atención ver esta práctica tan habitual últimamente, lo que me sorprendió fue que parecía que hacía su «trabajo» con su hijo pequeño.
La fotografía la guardé en una carpeta que pone, «fotos para posibles blog», la he rescatado para escribir sobre las distintas formas de mendigar. ¡Sorpresa!, al editar la fotos y ampliarla he comprobado que en el carrito de niño, no había ningún ser humano; estaba lleno de chatarra. ¡Toda mi reflexión en un pozo!.