Estoy seguro que si la Plaza de España de Sevilla, estuviera en otra ciudad que supiera vender apropiadamente sus monumentos, sería nombrada como una de las maravillas del mundo. Nadie pudo conjugar mejor la luz, el agua, los azulejos y el ladrillo como su autor; Aníbal González. Dar un paseo por la tarde es enriquecedor, pues los colores cambian continuamente y los reflejos de los edificios en la ría nos llenan de sensaciones refrescantes.
Absolutamente de acuerdo. La semana pasada vi de nuevo la película Lawrence de Arabia y es impresionante como sale la plaza!